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Esta devoción forma parte del Devoción de Adviento del Árbol de Jesse serie. 

Lectura de la Escritura: Ester 4

Se puede oír la determinación en la voz de Esther: "Si muero, muero". No se resigna a su destino; lo afronta de frente.

Acaba de enterarse por su primo Mardoqueo de que Amán está tramando algo más que matar al pueblo judío. Amán ha convencido al rey para que emita un decreto que autoriza a los gobernadores a matar a todos los judíos, jóvenes y ancianos, mujeres y niños, en un solo día.

Cuando Ester se entera del decreto, evalúa la situación. Recuerda el destino de Vasti, otra reina testaruda. ¿Merece la pena visitar al rey, sin ser invitada, para ver si puede hacer algo contra el decreto?

Ester arriesgaría su vida para comparecer ante el rey Asuero. La regla es que si alguien entra en el patio interior del rey sin ser llamado, esa persona será condenada a muerte. Y Ester lo sabe. Desde que entró en el harén del rey, ha perdido prácticamente todo su poder. Su vida no está en sus manos.

Y tal vez esa sea la cuestión: su vida pertenece al Señor. Tal vez eso es lo que finalmente la convence de arriesgar la muerte y presentarse ante el rey.

La vida de Ester pertenece a uno que también se entregó para salvar a su pueblo. Jesús hizo algo más que arriesgarse a morir. Murió de verdad. En virtud de nuestros bautismos, nosotros también lo hemos hecho, lo que nos libera para arriesgarnos como lo hizo Ester. Podemos mirar más allá de nuestra propia seguridad y hacer sacrificios por los demás. Los riesgos que asumimos pueden dar vida a otras personas.

Oración

Jesucristo, fuiste voluntariamente a la cruz para que yo pudiera vivir. En el bautismo, yo también he muerto, así que ya no tengo que temer a la muerte. Ayúdame a correr riesgos, grandes o pequeños, por el bien de los demás. Amén.

Fotografía de Grace Ruiter

Grace Ruiter cofundó Faithward y supervisó su crecimiento desde un pequeño blog hasta un ministerio que llega a más de 100.000-200.000 personas cada mes. Lleva haciendo demasiadas preguntas desde que empezó a hablar, y ahora no piensa parar. Aunque su curiosidad ha desafiado su fe a veces, también es la forma en que su relación con Dios ha crecido hasta donde está hoy. Puedes ponerte en contacto con Grace en graceruiterwrites@gmail.com.