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O n los últimos dos años, hemos tenido que practicar un nivel de resistencia que nos ha parecido sistemáticamente injusto. Desde las desgarradoras pérdidas y cancelaciones debidas al COVID hasta las violaciones de los derechos humanos en todo el mundo, como sociedad hemos pasado por un momento difícil. En medio de todo esto -y tal vez, en parte, debido a ello- he llegado a apreciar más la forma en que nos reunimos, conectamos y damos sentido a nuestras vidas. Esto es especialmente pertinente porque pasamos toda nuestra vida reuniéndonos: en casa, en la escuela, en el lugar de trabajo, en nuestras comunidades y más allá. Desgraciadamente, con demasiada frecuencia estas ocasiones y reuniones son insulsas, improductivas y a veces incluso perjudiciales. Sin embargo, seguimos reuniéndonos. ¿Por qué? Creo que nos reunimos para comprometernos, para llorar, para dar sentido a lo que ocurre en el mundo y para aprender a actuar. Las reuniones nos permiten resolver juntos las cuestiones de la vida. 

Entonces, ¿cómo podemos crear encuentros significativos e incluso transformadores? En su libro El arte de reunirPriya Parker ofrece un enfoque centrado en el ser humano para la reunión que puede ayudarnos a diseñar experiencias con mayor cuidado, claridad y creatividad. Este libro me ha parecido profundamente enraizado e impactante; sigue siendo mi recomendación de libro para el liderazgo adaptativo. Tanto si eres el encargado de dar la bienvenida a tu iglesia, como si organizas un grupo de estudio bíblico en tu casa, o intentas construir relaciones significativas a través de la cultura, la identidad, las generaciones, etc., soy optimista y creo que estos útiles puntos de Parker pueden ser principios básicos para todos nosotros a la hora de crear un significado colectivo y espacios más hospitalarios.

Parker dice que el primer paso para crear reuniones significativas y cotidianas es abarcan un propósito específico y discutible. Este principio se basa en esta pregunta: ¿Cuál es la necesidad en tu vida en este momento que al reunir a un grupo específico de personas podrías abordar?

Hace poco estuve en una ceremonia de entrega de regalos en Ruanda, que es un gran ejemplo de reunión con un propósito específico. En una ceremonia de donación, dos familias se reúnen y una de ellas da un regalo a otra familia o a un miembro concreto de la familia como muestra de amistad continua. La familia receptora recibe los regalos (dinero, vaca, ropa, etc.) y también recibe historias de generosidad, fidelidad y compromiso de amistad continua. No todos podremos asistir a reuniones de este tipo, pero de cualquier manera que podamos, debemos reunir a la gente con un propósito. Como anfitrión, atienda una necesidad específica y permita que los invitados vengan con sus propias necesidades. Este es un verdadero signo de hospitalidad.

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La segunda parte de la creación de reuniones significativas es causar una buena controversia. Muchos de nosotros crecimos con reuniones familiares en las que ciertos temas estaban fuera de la mesa con la esperanza de preservar la armonía. Sin embargo, una lista de discusión "prohibida" a menudo significa que falta un componente clave para dar sentido a las conversaciones. Es probable que los debates carezcan de urgencia y relevancia. Por el contrario, una buena reunión trabaja para evitar tanto la paz como el conflicto malsanos.

¿Cómo podría causar una buena controversia en su caso? Un buen punto de partida es crear oportunidades para compartir historias y abordar los miedos subyacentes. Esta es una forma saludable de ver y recibir a los demás. Causar una buena controversia puede consistir en pedir a la gente sus historias y experiencias en lugar de sus opiniones. Hacer preguntas curiosas y fomentar la narración de historias. Al hacerlo, modelamos nuestro comportamiento según Jesucristo, que a lo largo de su ministerio hizo lo mismo para ver y conocer mejor a las personas. Toda la vida humana está formada por una historia, y la experiencia humana sólo puede entenderse en el contexto de un marco narrativo. Por lo tanto, dedicar tiempo a conocer las historias de los demás nos permite ver cómo piensan y sienten fundamentalmente los demás, porque una visión del mundo siempre pasa por una historia. 

Por último, Parker subraya que otro elemento crucial para crear reuniones significativas y cotidianas es para crear un mundo temporal y alternativo mediante el uso de "reglas emergentes".

Vivimos en un mundo cada vez más multicultural e interseccional en el que no siempre compartimos la misma etiqueta ni nos comportamos de la misma manera. Por ello, las normas tácitas pueden ser problemáticas para las reuniones. Parker describe las normas emergentes como "constituciones únicas para un propósito específico". Las reglas emergentes nos permiten conectar con diversos orígenes y establecer conexiones significativas sin tener que ser iguales. Una regla emergente puede ser tan sencilla como indicar a todos los asistentes a una reunión intergeneracional que pongan sus teléfonos en una cesta. Las diferentes generaciones tienen diferentes enfoques sobre el uso de la tecnología; poner todos los teléfonos en una cesta crea una realidad temporal de no estar constantemente conectado a (y distraído por) un smartphone. Otro ejemplo de una simple regla emergente podría ser pedir a los pastores que no hablen de su trabajo en una reunión en la que el enfoque debería ser otro.

¿Qué significan estos principios para las personas que están cansadas de dar sentido a los grupos, o para aquellas cuya intencionalidad se pasa por alto y se deja de lado? Significa que debemos seguir intentándolo. Tal vez estés pensando: "Ruth, sólo quiero reunir a mi familia o a mis amigos para que podamos comer, reír y estar juntos sin tener que pensar en cómo fluyen las conversaciones, o en quién está y quién no está". Te escucho y te digo: "¡Sí, puedes hacerlo!". Pero hay una razón por la que nos animo a todos a inclinarnos por reimaginar las reuniones. Se trata de la hospitalidad. Los conceptos de hospitalidad y de reunión están entretejidos en toda la Escritura. Dios desea que el pueblo de Dios acoja, proteja y honre la encarnación de Dios a través de una hospitalidad radical. En su ministerio, Jesús encarna la cálida acogida y subraya la reunión como un acto sagrado centrado en Dios cuando dice: "Cuando dos o tres se reúnen en mi nombre, allí estoy yo también" (Mateo 18:20).

Reunirse con una hospitalidad intencionada no sólo anticipa una comprensión compartida de la vida con los demás, sino que también crea el espacio para acercarse unos a otros a través de la lente de nuestras historias y experiencias compartidas. Las historias nos dan la posibilidad de reconocer el desorden de la vida para que podamos entrar mejor en la gracia de Dios. Es a través de nuestra reunión que las historias toman forma y nos dan el marco para ayudarnos a entender mejor a Dios, a nosotros mismos y a los demás.  

Las reuniones significativas requieren valor, pero reunirse bien es una práctica que se puede aprender. Tenemos ante nosotros un momento extraordinario para detenernos, observar y reimaginar cómo nos reunimos. ¿Cómo podemos pasar a abrazarnos plenamente unos a otros e inclinarnos a ser personas más hospitalarias? Esa respuesta es fundamental porque la forma en que nos reunimos, especialmente como seguidores de Cristo, forma parte de nuestra vocación de amar, servir y potenciar, y de ver a Cristo en los demás.

Ruth Langkamp

Ruth Langkamp sirve a la Iglesia Reformada en América como especialista del programa de la próxima generación. Puedes conectar con Ruth en rlangkamp@rca.org.