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Arte del capítulo de estudio bíblico de Deborah

Ella es Llamada—Mujeres de la Biblia—Serie de Estudio Volumen 1

Débora: Aceptando el llamado de Dios

por la pastora Pam Otten

La historia de Débora en la Biblia nos muestra que el Señor llama a la gente común a hacer cosas extraordinarias que solo pueden lograrse mediante el Espíritu. Este estudio bíblico de Jueces 4 y 5 explora lo que podemos aprender de Débora sobre el llamado y el poder del Espíritu Santo. 

Oración

Te agradezco, Señor, porque te encanta hacer cosas extraordinarias a través de personas comunes como yo. Libérame de cualquier limitación que —por haberla puesto yo, otros o el enemigo en mi vida— me haya alejado de los grandes planes que tienes para mí, a fin de que pueda despertar y levantarme para hacer brillar la gloria del Señor. Amén.

Escritura clave

Jueces 5: 6-7, 12 (NVI):

«En los días de Samgar hijo de Anat, en los días de Jael, los viajeros abandonaron los caminos y se fueron por sendas escabrosas. Los guerreros de Israel desaparecieron; desaparecieron hasta que yo me levanté. ¡Yo, Débora, me levanté como una madre en Israel! [...] ¡Despierta, despierta, Deborah! ¡Despierta, despierta, y entona una canción! ¡Levántate, Barac! Lleva cautivos a tus prisioneros, oh hijo de Abinoán».

Introducción a Débora en la Biblia

La historia de Débora en Jueces 4 y 5 comienza como muchas de las historias en el Libro de Jueces: los israelitas pecaron contra el Señor y él los entregó al rey Jabín de Canaán. Esto continuó durante veinte años hasta que los israelitas clamaron al Señor por ayuda. Por entonces, Débora dirigía a Israel como jueza. Ella envió a buscar a Barac, un comandante del ejército de Israel, y le dijo que fuera a luchar contra el ejército de Jabín liderado por Sísara.

Barac dijo que solo iría si Débora lo acompañaba. Débora estuvo de acuerdo, pero le dijo a Barac que el honor no sería para él, porque el Señor entregaría a Sísara en manos de una mujer. Ante el avance del ejército de Barac, el Señor derrotó al ejército de Sísara y Sísara huyó a pie. Sísara fue a la tienda de Jael, la esposa de Héber, porque había una alianza entre el rey Jabín y la familia de Héber.

Jael entonces lo invitó a pasar y le dio de beber. Sísara estaba tan exhausto que se quedó dormido. Jael tomó un martillo y clavó una estaca en la sien de Sísara, matándolo. Los israelitas lucharon contra el rey Jabín hasta que lo destruyeron. Débora y Barac cantaron un cántico de alabanza, e Israel tuvo paz durante cuarenta años.

Ahondando en el tema

Débora era una mujer ocupada. Jueces 4:5 dice: «Ella tenía su tribunal bajo la Palmera de Débora, entre Ramá y Betel, en la región montañosa de Efraín, y los israelitas acudían a ella para resolver sus disputas». Débora era una mujer de gran sabiduría, revelación y discernimiento. Tenía, además, un don profético que le daba a conocer los tiempos y las sazones del Señor. Ella escuchaba claramente la voz del Señor.

Sin embargo, Jueces 5:12 dice: «¡Despierta, despierta, Débora! ¡Despierta, despierta, y entona una canción! ¡Levántate, Barac! Lleva cautivos a tus prisioneros, oh hijo de Abinoán». Deborah y Barac necesitaban «despertar y levantarse» a una nueva revelación y dimensión de sus llamamientos. El Señor les estaba diciendo que estuvieran alertas y prestaran atención, ya que él estaba a punto de moverse de una manera extraordinaria.

Jueces 5:7 dice: «Los guerreros de Israel desaparecieron; desaparecieron hasta que yo me levanté. ¡Yo, Débora, me levanté como una madre en Israel!». De todas las cosas que Débora podría haberse atribuido legítimamente al referirse a sí misma —jueza, profetisa, libertadora, intercesora, adoradora— eligió denominarse: madre. Fue primero y ante todo, madre. Esto está muy claro. Pero no está claro quiénes eran sus hijos: ella era madre «en Israel», pero también madre «sobre Israel» (se puede traducir en ambos sentidos). Ella vio a todo Israel como sus hijos y anhelaba que todos sus hijos (en sentidos literal y figurado) experimentaran paz y seguridad. todo, de sus hijos (literales y figurados) para experimentar la paz y la seguridad.

Observe que el versículo dice que nadie en Israel pelearía sino hasta que Débora «se levantara». Los israelitas fueron golpeados con veinte años de esclavitud. Estaban demasiado cansados y desanimados para luchar. Necesitaban a alguien que los inspirara, y el Señor eligió a Débora. Si ella no hubiera sido obediente para actuar de acuerdo con lo que el Señor le dijo que hiciera, nada habría cambiado. Usó el lugar de confianza y autoridad que le habían dado como jueza para inspirar a Barac a levantar un ejército.

Débora era una guerrera adoradora. Encontró ánimo y fortaleza en la adoración para ser obediente a todo lo que el Señor le pedía que hiciera. Si Débora se hubiera desempeñado pobremente en su vida, no habría tenido todas las experiencias que la llevaron a ser usada por el Señor para liberar a Israel de la esclavitud. No habría tenido sabiduría y revelación para juzgar disputas. No habría escuchado los planes estratégicos de batalla del Señor como intercesora. No habría extendido su compasivo corazón de madre más allá de su familia, para abarcar a todo Israel. No habría traído sanación y empoderamiento a toda una nación.

A Barac se le dijo «¡Levántate, Barac! Lleva cautivos a tus prisioneros» (5:12). Él se mostró reacio a ir a la guerra sin Débora, pero al final, fue obediente y levantó un ejército y fue donde Débora le ordenó. Este paso de obediencia también fue necesario para cumplir los planes del Señor.

La historia de Débora no estaría completa sin reconocer a Jael, otra mujer que dio un paso al frente para literalmente reclamar su lugar en la historia. Jael estuvo en el lugar correcto en el momento correcto e hizo lo que sabía que tenía que hacer. Deborah llamó a Jael «la más bendita entre las mujeres que habitan en carpas» (5:24). Jael era una ama de casa que fue invaluable para ganar la guerra.

Ella es llamada, y nosotros somos llamados

Una de las oportunidades más divertidas y emocionantes que he recibido en mi vida comenzó por el hecho de ser madre. Hace doce años, un grupo de mujeres que estaban formando una estación de radio, me invitaron a unirme para colaborar cada semana como presentadora radial en su programación diaria de horario ininterrumpido. Fui invitada como asesora financiera y, dado que muchos de los temas del programa giraban en torno a ser madre, mi lema se convirtió en «La mamá financiera». Hice un programa de radio semanal por cinco años y con él aprendí a hablar durante unos cincuenta minutos de mi franja horaria cada semana.

El Señor nunca desperdicia una experiencia, y ahora me doy cuenta de que este fue el comienzo de mi entrenamiento para la predicación. Mi asesoramiento financiero siempre procedió de una perspectiva bíblica, de modo que, para el final de esos cinco años, sabía que estaba predicando a miles de personas cada semana. En última instancia, esta experiencia me ayudó a cobrar valor para dar un paso adelante y comenzar mi propio negocio. Mirando hacia atrás mi vida hasta ahora, veo la mano del Señor en muchas de mis experiencias, preparándome para lo que soy hoy: dueña corresponsable de una empresa vocacional y pastora de una iglesia en formación.

Permítame animarle. Muy a menudo tenemos miedo de salir de nuestra zona de confort y de convertirnos en todo lo que el Señor nos ha llamado a ser. Es una bendición que el Señor no nos dé de antemano el plan completo para nuestras vidas, porque la mayoría de nosotros respondería con un rotundo «¡No!» No deje que el enemigo se meta en su cabeza y le diga que Dios nunca le usará para hacer grandes cosas. No permita que su miedo a lo que otros puedan pensar se interponga en su camino de ser obediente a Dios y de que él le use para hacer cosas extraordinarias.

El Señor preparó a Débora en su lugar secreto de adoración, lo que la ayudó a crecer en confianza para escuchar la voz de Dios. Su conexión intencional con Dios a través de la adoración le dio confianza mientras discernía el momento de ir a la guerra. El Señor hará lo mismo con nosotros. A medida que profundicemos en nuestra relación con Dios, Dios nos guiará con claridad tocante a nuestro llamado para este momento de la obra del reino. Dios puede usar muchas formas para confirmárnoslo una y otra vez. Como seguidores de Cristo, nos embarcamos en un emocionante viaje de servicio al Señor aquí en la tierra.

Conclusión

Mujeres y hombres de Dios, es hora de que sean audaces y valientes y hagan las cosas únicas y asombrosas que Dios los está llamando a hacer. Dondequiera que el Señor los haya puesto, ¿aceptarán el desafío de ser una luz en la oscuridad para el reino de Dios? ¿Animarán a otros a hacerlo también? ¡Despierten y levántense para hacer brillar la gloria de Dios dondequiera que vayan! Ustedes portan la esperanza que este mundo necesita, la esperanza de Jesucristo, y es hora de dejar de esconderse y de actuar tímidamente. Un mundo agonizante y sin esperanza está esperando que sean obedientes. Crean y confíen en que Dios tiene el mejor plan para ustedes y síganlo hacia donde está actuando hoy.

(Para profundizar en la vida de Débora, lea The Deborah Anointing por Michelle McClain-Walters.)

Preguntas para considerar

  • ¿Qué tipo de prácticas de oración le han sido de ayuda en su búsqueda de mayor acercamiento a Dios?
  • Describa un momento en que Dios le ayudó a ver claramente algo a lo que fue llamado/a a hacer.
  • ¿Qué le sorprendió en esta sesión de estudio bíblico?
  • ¿Qué oye que el Espíritu le dice a usted, a su familia, a su iglesia y/o a su comunidad?

Pam Otten es la pastora de Renew Church, una iglesia móvil en formación que opera en una zona de viviendas de bajos ingresos en Sheboygan, Wisconsin. El llamado personal de Pam es liberar a las personas de todo aquello que les impida vivir una vida abundante en Cristo, mediante la profecía y la oración de sanación. Ella es miembro de la Coalición Guía de Liderazgo y Transformación de la Mujer.

Obtenga su copia del Estudio de Mujeres de la Biblia de Ella es Llamada