Cómo prepararse para las experiencias misioneras interculturales
Todos los días nos relacionamos con personas que son diferentes a nosotros. Estas conexiones suelen ir bien, porque a pesar de nuestras diferencias compartimos la misma cultura. Sin embargo, en muchos viajes misioneros no es así. Vamos intencionadamente a lugares donde la cultura es desconocida y nuestras diferencias son obvias en todo momento. Adaptarse a una nueva cultura puede ser difícil. Es posible que tengas la tentación de juzgar o rechazar partes de la cultura porque no estás acostumbrado a ellas o porque te sientes incómodo. Entonces, ¿cómo prepararse para una experiencia misionera transcultural?
Desarrollar una mayor conciencia y agilidad cultural te ayudará a ver la creatividad de Dios en nuevas culturas y a estar más abierto a las experiencias que otros viven cada día. He aquí cómo puedes hacer crecer tu agilidad y sensibilidad cultural antes de tu viaje misionero transcultural.
Desarrollar la agilidad cultural
Conectar bien con personas que son diferentes a ti empieza por agilidad culturalLa capacidad de adaptar la forma de interactuar con la gente en función del contexto cultural. Esto no significa ser un experto en todas las culturas; eso es una tarea casi imposible. Tampoco significa ser inauténtico o "falso". Por el contrario, la agilidad cultural implica ser consciente de los propios prejuicios culturales y gestionarlos cuando se interactúa con personas de otras culturas.
Dado que la mayoría de nosotros no sabemos realmente cómo explicar nuestra propia cultura, el primer paso hacia la agilidad cultural es identificar lo que hace que su cultura sea distinta. Piensa con tu grupo en las tradiciones, costumbres, valores, instituciones y visiones del mundo representadas en tu cultura. ¿Cómo pueden sus prejuicios culturales influir en su forma de pensar y actuar? Por ejemplo, puedes sentirte ofendido si alguien se presenta a un evento con dos horas de retraso porque tu cultura valora la puntualidad. Sin embargo, en muchas culturas, llegar dos horas tarde a un evento no es un gran problema. Reconocer tus propios prejuicios te ayudará a manejar este tipo de diferencias con comprensión y humildad.
La agilidad cultural también significa estar continuamente abierto a aprender de las diferencias que encuentres. Por ejemplo, puede descubrir que estar menos centrado en el tiempo le ayuda a relajarse y le permite comprometerse más plenamente con la gente que le rodea.
Practicar la sensibilidad cultural
No basta con tener conciencia cultural, también hay que estar preparado para actuar en formas culturalmente apropiadas. Sensibilidad cultural es una parte importante de la agilidad cultural, pero a menudo los equipos misioneros la pasan por alto. Ser culturalmente sensible implica la forma de actuar en situaciones públicas, así como la forma de conectar con personas individuales.
Cuando su equipo salga a espacios públicos, piense en cómo aparecerá como representante de Cristo. Las culturas norteamericanas tienden a ser más ruidosas y bulliciosas en público que otras culturas, así que sea consciente de lo alto que habla o se ríe su grupo cuando camina por la calle o come en un restaurante. En muchos países, es habitual que la gente hable varios idiomas, incluido el inglés. Ten en cuenta cómo puede sonar lo que dices en tu grupo para un local que entienda el inglés.
La sensibilidad cultural también se aplica a la forma en que interactuamos directamente con las personas que conocemos. Puede que te inviten a escuchar la historia de alguien o a entrar en su casa. Ten en cuenta sus sentimientos cuando respondas a su historia o a su casa. Haz preguntas que afirmen su dignidad y no impliquen que deban ser más como los norteamericanos.
Estudiar las diferencias culturales
Antes de salir de viaje, haz todo lo posible por informarte sobre la cultura con la que te vas a relacionar. Aunque no podrá aprenderlo todo sobre ella, puede prepararse para algunas de las diferencias culturales que puede encontrar. He aquí algunas formas de familiarizarse con una cultura:
- Lea libros de no ficción sobre la cultura o libros de ficción que tengan lugar en ella.
- Mira una película, un documental o un programa de televisión sobre personas de esa cultura. Investiga lo que ves de antemano para asegurarte de que retrata la cultura con precisión.
- Pregunte a su anfitrión lotes de preguntas.
- Reúnete con alguien de la cultura que vas a visitar. Pregúntales sobre su cultura y cómo se diferencia de la tuya.
Preguntas sobre las diferencias culturales
He aquí algunas preguntas que debes tener en cuenta al investigar la cultura que vas a visitar:
- ¿Cómo se saluda la gente?
- ¿Hay algún gesto que se considere ofensivo?
- ¿Qué tipo de ropa lleva la gente? ¿Hay que tener cuidado con lo que se lleva?
- ¿Cómo funciona el "tiempo" en la cultura? ¿Qué significa llegar "tarde" o "temprano"?
- ¿Hay alguna práctica cultural que deba conocerse al entrar en la casa de alguien?
- ¿Qué prácticas culturales están relacionadas con los alimentos?
- ¿Cómo son las familias? ¿Qué pasa con los roles de género?
- ¿Cómo reacciona la cultura ante los tatuajes? ¿Las joyas? ¿Los piercings?
- ¿Es una buena idea llevar ropa con símbolos y palabras de Estados Unidos o Canadá?
- ¿Hay otros aspectos de la cultura que merezca la pena conocer? ¿Qué la diferencia de otras culturas que conoces?
Recursos recomendados para la misión intercultural
¿Quiere saber más sobre el compromiso intercultural y las misiones a corto plazo? A continuación, algunos recursos que recomendamos:
- Cómo manejar el choque cultural en un viaje misionero de Mike Nagel (artículo)
- Servir con los ojos bien abiertos de David A. Livermore (libro)
- Dirigir con inteligencia cultural (vídeo)
- Entender el estrés cultural por Howard Culbertson (artículo)