Guía de información sobre el viaje de misión
El debriefing es un momento de reflexión. Es importante hacer el debriefing durante el viaje misionero, al final del mismo y una vez de vuelta a casa. Esto le permite pensar repetidamente y en diferentes contextos sobre cómo sus experiencias en el viaje pueden dar gloria a Dios. Asegúrate de tener un plan de evaluación del viaje misionero antes de salir de viaje.
Orientación para cada etapa del viaje
Es sorprendente lo mucho que se olvida una vez que se está en casa. Para ayudarte a recordar tus experiencias, dedica un tiempo a escribir un diario durante tu viaje, incluso si no te gusta escribir. Anima al resto de tu equipo a hacer lo mismo. Cuando lleves un diario cada noche, piensa en estas preguntas:
- ¿Dónde has visto a Dios hoy?
- ¿Qué milagros has experimentado hoy?
- ¿Qué oraciones ha respondido Dios hoy?
- ¿Cómo ha actuado Dios hoy por encima de sus expectativas?
- ¿Qué anécdotas puede compartir de sus experiencias?
- ¿Cuál fue la parte más desafiante o difícil de su día?
Dedica un tiempo a debatir las preguntas que aparecen a continuación en equipo y con tus anfitriones:
- ¿Y si nos comprometemos a gastar tanto dinero en apoyar a los ministerios aquí como en llegar hasta aquí?
- ¿Y si contratamos a gente de la zona para que nos ayude en los proyectos?
- ¿Y si compramos productos y materiales locales mientras estamos aquí?
- ¿Qué podemos aprender sobre la gente y la cultura que visitamos?
- ¿Hay formas de ser más ágiles culturalmente al interactuar con la gente de aquí?
Al final de su viaje, pida a cada persona que se escriba a sí misma una carta sobre su semana y el impacto que tuvo en ella. Anímales a que escriban cómo van a seguir sirviendo una vez que vuelvan a casa. Envíales las cartas seis meses después de su regreso.
El final de la semana también debería incluir un tiempo de reflexión más profunda en grupo. Prepare algunas preguntas de peso para este momento. Los participantes también podrían compartir partes de sus cartas entre ellos. Asegúrese de incluir un enfoque en lo que el Espíritu Santo está diciendo al grupo en su conjunto y a cada individuo a través de este viaje. Haga estas preguntas:
- ¿Qué hemos oído decir al Espíritu Santo a lo largo de este viaje?
- ¿Qué estamos llamados a hacer cuando volvemos a casa como respuesta al Espíritu Santo?
- ¿Cómo nos llama el Espíritu Santo a continuar en el ministerio con este compañero?
- ¿Cómo ha cambiado nuestra relación con Dios durante este viaje?
- ¿Qué haremos al llegar a casa para seguir creciendo en la relación con Dios?
- ¿A quién se debe rendir cuentas?
Al igual que ir a un nuevo lugar, volver a casa puede suponer un ajuste. Su equipo puede experimentar un choque cultural inverso. Puede que se sientan enfadados, frustrados o culpables por todas las cosas que tienen y el cómodo estilo de vida que llevan.
Adaptarse a la vuelta a casa después de una poderosa experiencia de misión
- Anime a su equipo a dedicar tiempo a reflexionar sobre cómo su experiencia en la misión ha cambiado su perspectiva sobre su propia cultura y estilo de vida. Si las personas expresan su deseo de cambiar, ayúdeles a elaborar un plan sobre cómo pueden vivir sus nuevos valores o comportamientos cuando vuelvan a casa.
- Planifique eventos de reunión en los que su equipo pueda procesar juntos su experiencia de misión.
- Muchos participantes en viajes misioneros se sienten más cerca de Dios durante los viajes que en casa. Pero no es necesario estar en un viaje misionero para estar cerca de Dios. Desafíe a su equipo a estar cerca de Dios tomando tiempo cada día para devociones, diarios, estudio de la Biblia y oración.
- Practica compartiendo las historias de tu viaje misionero antes de regresar. ¿Cómo te cambió Dios? ¿A quiénes conociste? Contar la historia de tu viaje misionero puede ser una manera poderosa de animar a la gente a ir y servir. Asegúrate de compartir tu experiencia de viaje misionero con tu iglesia en un servicio matutino después de tu regreso.
- Piensa en formas de seguir participando en el ministerio u organización con la que trabajaste en tu viaje. ¿Hay alguna forma en que tu iglesia pueda apoyar este ministerio? ¿Podrías servir con este ministerio en otro viaje?
- Reza por las personas que conociste y con las que serviste en tu viaje. Pide a tu iglesia que se una a ti en la oración por ellos.
Preguntas que le ayudarán a procesar su experiencia de viaje misionero:
- ¿Qué tal el viaje?
- ¿Qué fue lo mejor de su viaje?
- ¿Qué fue lo más difícil de su viaje?
- ¿Qué le ha enseñado Dios en este viaje?
- ¿Cómo cambiará este viaje sus objetivos a largo plazo?
- ¿Cómo puedes seguir conectado con el ministerio al que serviste en este viaje?
- ¿Cómo puedes llevar lo que has aprendido a tu congregación?
- ¿Cómo puede seguir involucrado con la gente con la que ha trabajado?