Ser la esposa de un detenido por inmigración ha sido una de las cosas más difíciles que he enfrentado en mi vida. Mi esposo y yo nos casamos el 3 de agosto de 2019. Fuimos a la mejor luna de miel que jamás pude imaginar, donde visitamos diferentes estados y probamos diferentes comidas. Fue una luna de miel muy memorable. Mi marido y yo nos fuimos de luna de miel durante unas dos semanas.
El 30 de agosto de 2019, mi marido fue detenido por inmigración. Esa mañana me llamó para decirme que lo habían atrapado. ¡Lo más triste de toda esta historia es que sé quién llamó a inmigración a mi marido y le tendió una trampa!
Como esposa, cada noche me duele. Durante el día, siempre estoy ocupada, ya sea con la organización o con la iglesia, pero por la noche es difícil porque cuando me acuesto, duermo sola. Hacemos un trabajo de pastoral juvenil y trabajamos mucho con la comunidad, la radio y la iglesia, pero ahora que él no está lo hago todo sola. Ahora somos los niños y yo, y ser madre soltera es difícil. Mi marido siempre me ayudaba con los niños, ya fuera cantando con ellos el abecedario o enseñándoles sobre Dios. Es un proceso muy duro -es mucho lo que tengo que hacer sola- pero sé que Dios está conmigo y me ha dado la fuerza para seguir haciendo lo que me ha llamado a hacer. Parte de eso es hacer el trabajo afuera ayudando a las familias afectadas por la detención, mientras mi esposo hace el trabajo dentro de esas celdas, predicando la palabra de Dios y haciendo lo que Dios lo ha llamado a hacer.
Puede que no estemos juntos físicamente, pero espiritualmente Dios nos tiene a ambos trabajando para su reino.
Puede conocer más sobre la historia de Jael en el La esperanza de la abundancia episodio del podcast del 21 de enero de 2021, titulado "Jael Serrano Altamirano sobre la superación en el sistema de inmigración".