El pueblo que caminaba en la oscuridad
han visto una gran luz;
los que vivían en una tierra de profunda oscuridad-
sobre ellos ha brillado la luz.
Una luz brillante
15 de diciembre
Leer: Una selección de Isaías 9:2-7
Escucha:
¿Has estado alguna vez en un lugar en el que la oscuridad es total? Si alguna vez has ido de acampada, quizá conozcas la sensación de no poder ver nada. Estás en el bosque de noche y no puedes ver la luna ni las estrellas. No puedes ver nada en absoluto.
O tal vez esté muy oscuro tu dormitorio por la noche. Eso puede dar miedo y resultar confuso, ¿verdad? Cuando no sabes qué hay a tu alrededor, puedes sentirte asustado y solo y no querer moverte.
Esta es la clase de oscuridad profunda en la que caminaba el pueblo de Israel. Bueno, en realidad no era de noche todo el tiempo, pero había empezado a parecerlo. No podían ver a la persona que venía a salvarlos. Después de un tiempo, empezaron a pensar que nunca vendría. No tenían ninguna esperanza.
Este capítulo de Isaías recuerda al pueblo de Israel la luz que viene. El sol saldrá por la mañana. No será de noche para siempre.
La luz que viene es una persona, y su nombre es Jesús. Viene a salvar a su pueblo. Cuando esté aquí, ya no tendremos que estar asustados ni tristes. Podemos sentirnos llenos de paz y alegría.
Jesús es la luz del mundo. Desde ahora hasta la Navidad, nos preparamos para que la noche se convierta en día. ¡Jesús está en camino!
Maravilloso:
¿Cómo te sientes cuando está completamente oscuro? ¿Y durante el día, cuando hay luz?
Reza:
Dios de la luz, estoy deseando que vengas. ¿Quieres convertir la oscuridad del mundo en luz? Amén.
Esta devoción forma parte de
La historia de Jesse Tree:
Un devocional familiar de Adviento
Cada devoción de este devocionario familiar de Adviento te invita a la historia de alguien del árbol genealógico de Jesús. Estos devocionales mostrarán a los niños pequeños cómo Dios estaba preparando el nacimiento de Jesús a través de muchas generaciones. Cada historia va acompañada de un símbolo que puedes colgar en tu propio Árbol de Jesé.