Y viendo la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era un deleite para los ojos, y que el árbol era de desear para hacerse sabio, tomó de su fruto y comió; y dio también un poco a su marido, que estaba con ella, y éste comió. Entonces se abrieron los ojos de ambos, y se dieron cuenta de que estaban desnudos; y cosieron hojas de higuera y se hicieron taparrabos. ...
Entonces el Señor Dios dijo: "Mira, el hombre ha llegado a ser como uno de nosotros, conociendo el bien y el mal; y ahora, podría extender su mano y tomar también del árbol de la vida, y comer, y vivir para siempre" - por lo tanto, el Señor Dios lo envió fuera del jardín del Edén, para cultivar la tierra de la que fue tomado.