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L ectio Divina es una antigua práctica espiritual de la tradición monástica cristiana. En la Lectio Divina, buscamos experimentar la presencia de Dios a través de la lectura y la escucha, la oración, la meditación y la contemplación. La Lectio Divina puede realizarse de forma individual o en grupo.

Practicar la Lectio Divina individualmente

Comienza eligiendo una sección de la Escritura que te gustaría leer y rezar. Puedes elegir el texto al azar o utilizar un libro litúrgico como el Libro de Oración Común. Trata de no ponerte como meta el contenido que vas a cubrir. El objetivo es escuchar a Dios y experimentar su presencia.

Preparación

A continuación, haz lo necesario para tranquilizarte y prepararte para escuchar a Dios. Si necesitas encontrar una habitación tranquila, o sentarte en silencio durante varios minutos, o sentarte en una silla cómoda, adopta cualquier postura que te ayude a prepararte para recibir y experimentar la presencia de Dios.

Lectura/escucha

Cuando sientas que tu corazón está preparado, comienza a leer lentamente el pasaje de la Escritura que has seleccionado. No te muevas rápidamente por ninguna oración o frase. A medida que leas, presta atención a la palabra, frase o idea que te llame la atención.

Meditación

A continuación, empieza a meditar sobre la palabra, frase o idea que ha captado tu atención. Repítelo una y otra vez. ¿Qué pensamientos le vienen a la mente al meditar sobre esta palabra, frase o idea? ¿Qué te recuerda en tu vida? ¿Qué te hace esperar? La meditación no es una tarea fácil. Mientras tratas de concentrarte, no te decepciones si entran en tu cabeza pensamientos al azar. Cuando lo hagan, ofrécelos a Dios.

Oración

Ahora empieza a hablar con Dios. Dile a Dios qué palabra, frase o idea ha captado tu atención y qué te ha venido a la mente mientras meditabas en ella. ¿Cómo está usando Dios esta palabra, frase o idea para bendecirte y transformarte? Dile a Dios lo que has pensado y sentido mientras escuchabas y meditabas. Dile a Dios cómo esperas que esta palabra, frase o idea cambie tu corazón para que se parezca más al suyo.

Contemplación

Termina centrando tu atención en el hecho de que la presencia de Dios está contigo. Si al tratar de concentrarte en la presencia de Dios sientes la necesidad de volver a leer el texto, o de seguir meditando, o simplemente de seguir hablando con Dios, permítete hacerlo. Al hacerlo, sepa que está en la presencia de Dios.

Practicar la Lectio Divina en grupo

Comience por identificar a una persona que dirija el proceso. Esta persona dirigirá el proceso leyendo el texto seleccionado tres veces. A cada lectura le sigue un período de silencio, después del cual cada persona tiene la oportunidad de compartir brevemente lo que está escuchando mientras escucha a Dios.

Primera lectura

Durante la primera lectura, lee el texto en voz alta dos veces. Lee despacio. El objetivo de la primera lectura es que cada persona escuche el texto y preste atención a una palabra, frase o idea que capte su atención. Cuando los miembros del grupo reconozcan una palabra, frase o idea, deberán centrar su atención en esa palabra, repitiéndola.

Segunda lectura

Durante la segunda lectura, vuelva a leer el texto. Esta vez, los oyentes deben centrar su atención en cómo la palabra, frase o idea se refiere a su vida ese día. ¿Qué significa para ti hoy? ¿Cómo te habla Cristo, la Palabra, de tu vida a través de esta palabra, frase o idea? ¿Qué le dice Cristo, la Palabra, sobre su vida a través de esta palabra, frase o idea? Después de la lectura, deja un breve período de silencio e invita a los miembros del grupo a compartir brevemente lo que han escuchado.

Tercera lectura

Vuelve a leer el texto. Esta vez, los oyentes deben centrarse en lo que Dios les llama a hacer o a convertirse. Experimentar la presencia de Dios nos cambia. Nos llama a algo. Durante esta última lectura, ¿qué te llama Dios a hacer o a ser como resultado de esta experiencia? Después de la tercera lectura, deja un tiempo de silencio e invita a los miembros del grupo a compartir lo que están siendo llamados a hacer o a ser. Termina el ejercicio haciendo que cada uno rece por la persona que está a su derecha.