Dios utiliza recipientes comunes para transmitir mensajes poco comunes. En 1 Samuel 3En la historia de la Iglesia, leemos acerca de un muchacho al que Dios llama para que transmita un mensaje muy importante en su generación. Elí, el sacerdote de la historia, no está viviendo de acuerdo con su vocación. Ha descuidado disciplinar a sus hijos por la forma en que están viviendo. Sus hijos han blasfemado a Dios, y Elí no los ha "reprimido" (3:13).
¿Y qué hace Dios? Llama a Samuel cuando el niño se está preparando para dormir: "¡Samuel, Samuel!"
Samuel, asumiendo que la voz es de Elí, corre inmediatamente a comprobar qué quiere su mentor, pero rápidamente descubre que no es Elí quien le llama. Esto sucede tres veces hasta que Elí se da cuenta de que es Dios quien llama al muchacho. Entonces Elí le dice: "Ve, acuéstate; y si te llama, dirás: 'Habla, Señor, que tu siervo te escucha'".
Al leer esta historia, pienso en la importancia de los mentores y pastores que nos ayudan a discernir la voz de Dios y nos indican la dirección correcta. También pienso en la valentía que necesitó Samuel para transmitir un mensaje muy difícil a su mentor (a saber, que Dios iba a castigar a la casa de Elí para siempre).
Pero lo que más destaca es la frase: "En aquellos días la palabra del Señor era rara" (3:1). Durante años he orado para que la Palabra del Señor no sea rara en nuestra generación, en nuestras iglesias o en nuestras vidas. Podemos estar rodeados de Biblias y no tener apetito por la Palabra de Dios. Podemos escuchar grandes sermones cada domingo y aún así no creer que Dios puede hablarnos de manera personal y directa.
Vivir en el templo y estar expuesto a la Palabra de Dios no equivale a conocer a Dios y escuchar su voz. Samuel vivía en el templo y escuchaba la Palabra de Dios con regularidad, pero "aún no conocía al Señor, y la palabra del Señor no le había sido revelada" (3:7). Sin embargo, cuando Samuel finalmente escuchó el llamado de Dios, obedeció y entregó un mensaje muy difícil a su propio mentor.
¡Escucha! Dios está llamando. Quiere hablarte de manera personal. Quiere usar su Palabra para revelarte cosas que aún no conoces. Dios tiene mensajes importantes para esta generación y quiere usarte para entregarlos. La pregunta es, ¿dirás que sí y le dirás a Dios lo que Samuel dijo? Aquí estoy. Habla porque tu siervo está escuchando.
La palabra de Dios no volverá vacía. Él bendecirá tus palabras en respuesta a tu obediencia.
Mientras Samuel crecía, el Señor estaba con él y no dejaba que ninguna de sus palabras cayera al suelo.
-1 Samuel 3:19
Sandra Nikkel
Sandra Nikkel es ministra de la Iglesia Reformada de Conklin, una iglesia rural al norte de Grand Rapids, Michigan. Se hizo cristiana a los veinte años y dejó la carrera de Derecho para seguir una formación teológica. Le apasionan Dios y su Palabra, la predicación, la oración, su congregación, los viajes y sus tres hijos adultos. También escribe para la sección de religión y ética del Grand Rapids Press.