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Priscila y Aquila, amigos de Pablo y mentores de Apolos, demuestran las osadas y hermosas posibilidades de hombres y mujeres al trabajar juntos por la prosperidad del reino. En este estudio bíblico, exploraremos su ministerio en equipo en Hechos 18.

Oración

Dios Trino, Jesús oró para que fuésemos uno en él y como un cuerpo. Mientras estudiamos el ministerio en equipo de Priscila y Aquila, pedimos que nos unas en un mismo propósito al buscar cómo mostrar tu amor al mundo. Amén.

Escritura clave

Hechos 18:1-4, 24-26

«Saluden a Priscila y a Aquila, mis compañeros de trabajo en Cristo Jesús» (Romanos 16:3).

Introducción a Aquila y Priscila en la Biblia

Tanto la historia como la ficción están repletas de historias de dúos dinámicos: Cleopatra y Marco Antonio, Romeo y Julieta, Sonny y Cher, Mr. Incredible y Elastigirl (estos últimos, personajes de una película animada de Pixar). Estas poderosas parejas unieron sus dones y habilidades individuales para lograr cosas increíbles.

La Biblia también registra importantes parejas de esposos: Abraham y Sara, Moisés y Séfora, Rut y Booz.

Pero ningún matrimonio fue como el de Priscila y Aquila. Y, en consecuencia, ningún ministerio fue como el de ellos. Por descabellado que parezca, las Escrituras sugieren la posibilidad de que sin Priscila y Aquila la iglesia no habría resultado lo que fue.

Priscila y Aquila eran fabricantes de tiendas, nativos de Roma. Después de la persecución del pueblo judío bajo el emperador Claudio, se dirigieron a Grecia, donde se encontraron con el apóstol Pablo y fueron tutores del dinámico evangelista Apolos. Su impacto en estos líderes cristianos, así como la valentía que demostraron dentro de la iglesia primitiva se volvieron legendarios. Se hace referencia a Priscilla y a Aquila en cuatro libros diferentes del Nuevo Testamento.

Ahondando en el tema: el papel bíblico de Priscila

Priscila y Aquila constituyen un estudio fascinante sobre hombres y mujeres que trabajan juntos por el bien de la iglesia y la causa del reino.

En ciertas referencias bíblicas, Priscila recibe el nombre más formal de «Prisca». El hecho de que los escritores se sintieran cómodos en otras citas al usar su apodo (como Beto en vez de Alberto o Lupe en vez de Guadalupe) me sugiere que Priscila era una mujer amable y de buen corazón que no se tomaba a sí misma demasiado en serio. Así que seguiré refiriéndome a ella por ese nombre. (Motivación secundaria: «Priscila y Aquila» suena como una pareja fantástica de un libro del Dr. Seuss: Priscila, Aquila y su gorila, hacen fila con su mochila para beber camomila en su camino a Manila. Disculpen, no voy a continuar.)

Pero lo que es aún más interesante acerca de las referencias a esta pareja es el orden en que se mencionan sus nombres. En las siete referencias, la esposa se menciona cinco veces antecediendo al esposo. Esto no es característico de las convenciones de nombres en la Biblia y sugiere que Priscila desempeñó un papel de liderazgo en su trabajo ministerial.

Priscila y su esposo aparecen primero en Hechos 18. Habían llegado a la ciudad griega de Corinto como refugiados de la purga racista de Roma por parte del emperador Claudio. Pero este terrorismo antisemita no sofocó su espíritu, y la pareja instaló ingeniosamente un negocio de fabricación de tiendas en Grecia.

Fue allí donde se encontraron por primera vez con el apóstol Pablo. Más tarde, Pablo destacará que llegó a Corinto «con debilidad, con timidez y temblor» (1 Corintios 2:3). Pero Priscila y Aquila lo incorporaron a su lugar de trabajo, proporcionándole un empleo valioso que facilitó las actividades misioneras del apóstol.

Después de «algún tiempo» en Corinto, Pablo decidió regresar a Siria. Priscila y Aquila, comprometidos con el ministerio cristiano primitivo, acompañaron a Pablo a través del mar Egeo hasta Éfeso, donde continuaron su ministerio. Hechos 18:24 señala que fue en Éfeso donde conocieron al evangelista egipcio llamado Apolos. Si bien Apolos era «un hombre erudito» que hablaba «con precisión» y «con gran fervor», su conocimiento del camino de Dios era incompleto (18:24). Al reconocer la oportunidad de invertir en este joven líder, Priscila y Aquila lo invitaron a su casa y le brindaron una instrucción más profunda.

La narrativa de Hechos de los Apóstoles sobre Priscila y su esposo se oscurece después de esto, pero hay buenos indicios de que la pareja se mantuvo activa en su apoyo a la iglesia primitiva. En su lista de saludos a la Iglesia Romana (Romanos 16), Pablo envía sus saludos a Priscila y Aquila. Parece ser que tiempo después de haber sido expulsados de la ciudad capital, ¡ellos han regresado!

Como si esto no fuera muestra suficiente de valentía, Pablo señala que Priscila y Aquila «arriesgaron la vida por mí» (16:4). El obispo Handley Moule traduce este pasaje: «Por mi vida, Priscila y Aquila expusieron sus propias gargantas al cuchillo».

No sabemos en qué consistió este gran acto de valentía, pero bastó para haber impactado a Pablo mucho después del hecho. ¿Lo sacaron de contrabando? ¿Lo defendieron públicamente? ¿Le prestaron una gran cantidad de dinero para facilitar su trabajo? Los detalles no están claros, pero no así su importancia.

Priscila y Aquila aparecen dos veces más en el Nuevo Testamento: en 1 Corintios 16:19, donde están con Pablo, y nuevamente en 2 Timoteo 4:19, donde el último testamento del autor no está completo sin una palabra final de correspondencia afectuosa con la pareja, que evidentemente ha regresado a Éfeso.

Ella es llamada, y nosotros somos llamados

La historia de Priscila y Aquila contiene escondidas verdades importantes. En la superficie, demuestra el valor agregado de hombres y mujeres asociados a largo plazo por la causa de Cristo.


Pero hay elementos más específicos que se cruzan con nuestras realidades. Primero, a juzgar por sus viajes, resulta claro que Priscila y Aquila reconocían que su ciudadanía estaba en el cielo (Filipenses 3:20). Se sentían en en casa en Roma, en Corinto, en Éfeso y en cualquier otro lugar donde su misión los llamara. Su trabajo recuerda la Epístola a Diognetodel siglo II, donde se dice de los cristianos:


Viven en sus propios países, pero solo como no residentes; participan de todo como ciudadanos y todo lo soportan como extranjeros. Todo país extranjero es su patria y toda patria les es extranjera.[1]

En nuestra sociedad de población cada vez más temporal, y en una era de cambio cultural continuo, sigue siendo esencial mantener nuestro rumbo espiritual. En primer lugar, somos miembros de Cristo y ciudadanos de su reino.

En segundo lugar, las vidas de Priscila y Aquila señalan la importancia de la verdadera hospitalidad cristiana. Cuando Pablo llegó a su comunidad, se encontraron con un viajero cansado. Le proporcionaron refugio, compañía e ingresos, lo cual hizo avanzar sus empresas misioneras. En Éfeso, siguieron el mismo modelo con Apolos, quizás compartiendo lo que habían aprendido de Pablo para fortalecer el testimonio de este notable joven predicador. Su mesa y su sala de estar se convirtieron en fuentes de aliento e instrucción para quienes enseñarían a la iglesia en general. ¿Hasta qué punto vemos nuestra hospitalidad como un medio de crecimiento del reino?

Por último, la historia de Priscila y Aquila es una historia de riesgo y obediencia. Nuevamente, no tenemos claros los detalles de su valiente acto por Pablo, pero sabemos que fue un hecho significativo y potencialmente costoso. Cuando llegó el momento, Priscila y Aquila estuvieron dispuestos a exponer sus gargantas al cuchillo por el bien de su amigo y la causa de Cristo.

Priscila y Aquila son, por ende, grandes modelos para todos los hombres y mujeres llamados a mostrar actos de valentía. Las adversidades, las desigualdades y los enemigos aparecerán inevitablemente, y los hermanos y hermanas en Jesús no pueden retroceder en los tiempos
difíciles. Como Priscila y Aquila, deben estar preparados para arriesgar mucho por el bien final.

Conclusión

En Romanos 16:4, refiriéndose a Priscila y a Aquila, Pablo dice: «Tanto yo como todas las iglesias de los gentiles les estamos agradecidos». Sus vidas fueron testimonios de la fidelidad de Dios al refugiado, al trabajador, al obediente y al sabio. Su trabajo fue reconocido en todo el Mediterráneo.

Quizás el alcance de la expresión «todas las iglesias de los gentiles» debería expandirse para incluir las iglesias de Londres, Shanghai y Nueva York. Quizás todos tengamos una deuda con el trabajo serio de Priscila y Aquila.

Me pregunto si, cada vez que se sentaba para escribir 2 Corintios, Pablo pudiera también haber estado pensando en Priscila y Aquila. Quizás estuviera reflexionando sobre los viejos buenos tiempos alrededor de la mesa del taller de hacer tiendas. Tal vez en la costura, el corte, la oración y la planificación encontrara un poco de perspectiva sobre su propia vida:

«De hecho, sabemos que si esta tienda de campaña en que vivimos se deshace, tenemos de Dios un edificio, una casa eterna en el cielo, no construida por manos humanas. […] Realmente, vivimos en esta tienda de campaña, suspirando y agobiados, pues no deseamos ser desvestidos, sino revestidos, para que lo mortal sea absorbido por la vida» (2 Corintios 5:1,4).

Cuando uno es fabricante de tiendas —siempre remendando agujeros, siempre reparando roturas, siempre armando y desmontando— anhela algo más. Anhela ver personas en crisis siendo rescatadas. Su corazón arde por la próxima generación de creyentes. Mira hacia un hogar celestial y sabe que su vida siempre está en Cristo. Puede ver que algún día, lo que ha remendado y cosido, dónde ha invertido y a lo que ha apostado, por fugaces que parezcan ahora, importarán para siempre.

Y que vale la pena dar lo que sea necesario.

Preguntas para considerar

  • ¿A quién siente, en su vida, que Dios le invita a ofrecer hospitalidad? ¿Cómo pueden su mesa y su sala de estar ser fuentes de aliento y apoyo para los viajeros cansados?
  • ¿En qué aspecto de su vida podría vivir con más valentía?
  • ¿Qué le sorprendió en esta sesión de estudio bíblico?
  • ¿Qué oye que el Espíritu le dice a usted, a su familia, a su iglesia y/o a su comunidad?

Referencias

[1] Peter Kriby, "Epistle to Diognetus" 5:5, traducido por J. B. Lightfoot, EarlyChristianWritings.com, http://www.earlychristianwritings.com/text/diognetus-lightfoot.html, consultado el 14 de febrero de 2020.

El Rdo. Tim Breen es el pastor principal de la Primera Iglesia Reformada en Orange City, Iowa. Se ha desempeñado como miembro de la Coalición Guía de Liderazgo y Transformación de la Mujer, y escribe en su blog www.telosblog.com.

Obtenga su copia del Estudio de Mujeres de la Biblia de Ella es Llamada