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¿Qué es la Iglesia?

La iglesia es el cuerpo de Cristo: todas las personas que aceptan el don de la salvación de Cristo y siguen sus enseñanzas. Es mucho más que un edificio. En la Biblia, "iglesia" nunca se refiere a un edificio. Siempre se refiere a las personas, las personas que siguen a Jesucristo.

Formar parte del cuerpo de Cristo significa que estamos llamados a moldearnos continuamente para parecernos cada vez más a Cristo. Esto sucede dejando que la Palabra de Dios, la Biblia, guíe nuestra fe y nuestras vidas, adorando a Dios y celebrando los sacramentos que Jesús nos dio, y viviendo en comunidad unos con otros.

Ser miembro de la iglesia significa que se pertenece a Jesucristo y que se pertenece al pueblo de Dios. A la iglesia también se le llama "la novia de Cristo", enfatizando que la iglesia está unida en una relación profunda e íntima con Jesús, y está ligada a él por un pacto similar al del matrimonio.

La presencia de Cristo es la clave de la vida de la iglesia. Es en la iglesia y a través de ella que Cristo encuentra, llama, transforma, equipa y envía a su pueblo al mundo. Dios se sirve de la iglesia para presentar la salvación a quienes no la conocen y para alimentar la fe de los creyentes. La iglesia es el instrumento de Dios para expresar su compasión y preocupación por el mundo. La iglesia es indispensable para los creyentes cristianos.

En la iglesia, los cristianos están inseparablemente unidos entre sí. La imagen de un cristiano individual a solas con Dios es ajena al Nuevo Testamento. A los cristianos se les enseña a llamar a Dios "nuestro Padre", no sólo "mi Padre". La importancia de la comunidad en la Biblia no puede ser exagerada. La iglesia como un solo cuerpo implica que los cristianos no sólo pertenecen a Jesucristo, sino también los unos a los otros. La comunión con Cristo y con los demás hace de los creyentes una sola familia unida en el amor.

En la iglesia, cada individuo es necesario e importante. 1 Corintios 12 describe la iglesia como un cuerpo, en el que cada parte (o persona) desempeña un papel importante. Los dones de cada persona enriquecen a la iglesia y la capacitan para llevar a cabo su labor en el mundo.

Y dentro de la iglesia todos somos responsables los unos de los otros. Nos cuidamos los unos a los otros, nos apoyamos mutuamente para desarrollar mejores relaciones con Cristo, y nos aseguramos con delicadeza -mediante el amor, la paciencia y la comprensión- de que permanezcamos fieles a nuestras creencias, incluso cuando podamos ser gravemente tentados por los pecados presentes en el mundo.