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Las palabras "llamado a ser valiente" con una imagen de Josheba y su hermano
Ella es Llamada—Mujeres de la Biblia—Serie de Estudio Volumen 2

Josaba

Cómo salvó al rey legítimo de Judá

por la pastora Lauralyn Vásquez

Josaba cumplió su llamado y protegió a una persona marginada—el niño que debía ser rey—. Al seguir el ejemplo de ella en 2 Crónicas 22 y en 2 Reyes, podemos cumplir nuestro llamado y proteger a las personas que no pueden protegerse a sí mismas.

Oración

Dios poderoso y misericordioso, tú te acercas a nosotros por medio de la Escritura y por medio de tu Espíritu. Inspira nuestros corazones mientras leemos la historia de Josaba. Inquieta nuestros corazones y llámanos. Amén.

Escritura clave

2 Reyes 11:1-3; 2 Crónicas 22:1-23:15 

«Cuando Atalía madre de Ocozías vio que su hijo había muerto, tomó medidas para eliminar a toda la familia real de Judá. Pero Josaba, que era hija del rey y esposa del sacerdote Joyadá, raptó a Joás hijo de Ocozías cuando los príncipes estaban a punto de ser asesinados. Metiéndolo en un dormitorio con su nodriza, logró esconderlo de Atalía, de modo que no lo mataron. Hizo esto porque era la hermana de Ocozías» (2 Crónicas 22:10-11).

*Josabet es llamada Josaba en 2 Reyes.

Introducción a Josaba

En 2 Reyes y 2 Crónicas encontramos una mujer de la Biblia sobre la cual muchas personas conocen poco. La historia de Josaba es la historia de una heroína. Y aunque a la mayoría de nosotros nos encanten las buenas historias de héroes o heroínas, casi no hemos prestado atención a la historia de Josaba. 

Anhelamos oír historias en las cuales el héroe vence todos los obstáculos y obtiene la victoria. Estas historias hacen eco de una historia más profunda: la gran historia de aquel que nos salva, el que vendrá otra vez y nos salvará de toda la maldad que nos rodea, y nos rescatará cuando todo parezca estar perdido. 

No obstante, para que haya un héroe, también tiene que haber un villano. Una fuerza para el mal que se opone al héroe y que labora para destruir lo que el héroe ama. Los héroes tienen que estar dispuestos a arriesgarse y hacerle frente al enemigo. Por todas las razones que nos gustan las películas de héroes, somos atraídos a las historias de héroes ordinarios, personas tales como nosotros que hacen cosas que jamás podríamos imaginar que tuviéramos que hacer. 

Josaba es una de nuestras heroínas ordinarias. Pero para entender la grandeza de su heroísmo, primero tenemos que darle una mirada a su «malvada madrastra».

Ahondando en el tema: un «juego de tronos» en la Biblia

La historia de Josaba tuvo lugar durante una época de violencia y de incertidumbre política. Las familias estaban peleando, el reino del norte estaba en conflicto con el reino del sur (y viceversa), y la iniquidad estaba en todas partes —un verdadero «juego de tronos»—. 

El reino, que estuvo unido bajo el rey David y su hijo Salomón, se había dividido durante el reinado opresor de Roboam, hijo de Salomón. Las consecuencias de esta división produjeron una lucha entre Israel (el reino del norte) y Judá (el reino del sur). Ninguno de los dos reinos, en esta época, andaba con el Señor. 

Entra en escena Atalía, la infame hija de Acab y princesa del reino del norte. Ella condescendió a forjar una frágil alianza con sus vecinos del sur. Su esposo, el rey Joram, estaba muerto. Ocozías, el hijo de ambos, también estaba muerto. Y Atalía, dándose cuenta del vacío en el poder, aprovechó la ocasión para usurpar el trono de Judá. 

Atalía estaba tan consumida por el ansia de poder que ni aun sus propios hijos y nietos estaban a salvo. Cualquiera que tuviera el derecho de ocupar el trono estaba prácticamente muerto. Ese es el linaje de David, la simiente que habría de traer a Jesús. Atalía iba a erradicarla. 

Josaba entra en escena. Ella era una princesa, pues era hija del difunto rey Joram, y hermana del difunto rey Ocozías. La Escritura no dice con claridad cuál era el parentesco de ella con Atalía. Quizás era su hija o hijastra. Josaba se casó con un sacerdote, y esta santa unión forjó el vínculo que habría de terminar salvando el linaje de Judá. No estoy segura de que tuviese la intención de ser una heroína, pero sí habría conocido lo que estaba en riesgo. Ella quiso salvar al heredero legítimo al trono. Ella sabía que tenía que ponerse en acción, aunque le costara la vida. 

Su valentía nos hace recordar a Miriam —quien ayudó a salvar a Moisés cuando el faraón cometía infanticidios— y a Ester —la cual arriesgó su vida para salvar a su pueblo—.

La vida de Josaba no estaba en riesgo hasta que intervino. Actuó en nombre de las generaciones futuras para preservar al heredero legítimo al trono. Josaba raptó a Joás, el niño y futuro rey cuyo nombre significa «dado por el Señor». Lo llevó al templo, al lugar de morada de Dios; y con la ayuda de su esposo mantuvieron ocultos al futuro rey y a su nodriza hasta que llegó el momento correcto para revelarlo.

Por seis años tuvieron oculto al heredero para que la reina no lo supiese. Por seis años se le instruyó en las cosas del templo. Josaba no solamente tuvo la valentía de salvarlo, sino también la sabiduría para discernir lo que debía hacer.

En el séptimo año de la vida de Joás, el esposo de Josaba supo que había llegado la hora de actuar. Hizo un pacto con los capitanes y los guardas para que protegieran al niño Joás. Era hora de deshacerse de la reina malvada. Cuando el plan de ellos dio resultado, sacaron al niño Joás y lo pusieron en el trono porque era el rey legítimo.

Joás asumió su lugar legítimo como rey de Judá. La reina malvada fue depuesta. Y la historia recuerda hoy a Josaba por ser la princesa que tuvo el conocimiento y la valentía de hacer el bien, salvando así el linaje de David.

Ella es llamada, y nosotros somos llamados

Mientras meditamos en esta historia breve y significativa, se nos invita a determinar en qué áreas nuestra necesidad de preservarnos pudiera impedir que seamos usados por Dios para un propósito mayor. Josaba debe de haber estado atemorizada. Su adrenalina debe de haber corrido por sus venas. Ella debe de haber pensado en las consecuencias de sus obras, y debe de haber calculado el costo. Respondió a la crisis de su tiempo, y terminó salvando el linaje de Cristo. ¿Cuál es el llamado particular de usted? ¿Cómo desea usted responder?

Tal vez Dios nos esté llamando a cambiar el mundo; pero lo más probable es que Dios nos esté llamando a ser agentes de amor en nuestra comunidad. Josaba fue un agente de amor al rescatar a este niño por el bien de las generaciones futuras. ¿A quiénes podemos amar al proporcionarles seguridad y al equiparlos para el futuro? 

Josaba si arriesgó al hacer el bien. Preservó el linaje de Cristo para que pudiera seguir existiendo. Ahora tenemos al Espíritu Santo en nosotros. Tenemos el privilegio de ser la luz de Cristo para el mundo. El linaje fue preservado de tal manera que ahora tenemos la capacidad de ser parte del plan de Dios de traer el cielo a la tierra. Tras prepararnos en las Escrituras, y con consejos sabios, ¿dónde podemos vivir como luz?

Necesitamos la valentía de Josaba para vivir como luz en este mundo.

¿Qué está usted dispuesto a arriesgar para librar del daño al inocente? ¿Quién o qué en su comunidad están en peligro, y cómo puede usted intervenir para preservarles la vida? Vivir como luz significa amar a los marginalizados, cuidar a las viudas y a los huérfanos, aun si ello conllevara poner nuestra vida en peligro —ya sea nuestra vida física o nuestra manera de vivir—. Conlleva escuchar cuidadosamente antes de actuar, adquirir sabiduría, y luego cumplir nuestro llamado. Esto exige valentía.

Conclusión

El 2020 marcará nuestro mundo para siempre. Nuestro mundo ha estado en una guerra contra un virus. Hacer el bien siempre incluye la esperanza y la determinación. Josaba se había decidido a hacer el bien. Su nombre significa «El Señor es el juramento (de ella)». Ella vivió y obró basándose en la verdad del Señor.

Esto es más que una simple apariencia de valentía. Es identificar lo que es justo. ¿Quiénes son los marginalizados y los vulnerables entre nosotros? Tenemos que velar por aquellos que son inocentes. Siempre hará falta tener una gran valentía y determinación para llevar una vida dedicada al amor por Dios y por el prójimo. Resista los deseos de darse por vencido. Estamos aquí para pelear la buena batalla.

Preguntas para considerar

  • ¿Ha pasado alguna vez por un momento en el que una acción necesaria pudiera acarrear consecuencias? ¿Cómo reaccionó usted?
  • ¿Quién o qué cosa en su comunidad está en riesgo? ¿Cómo podría usted intervenir?
  • ¿Qué le sorprendió en esta sesión de estudio bíblico?
  • ¿Qué oye que el Espíritu le dice a usted, a su familia, a su iglesia y/o a su comunidad?

Entusiasmada por todo lo que Dios ha hecho y sigue haciendo por ella, Lauralyn Vásquez está profundamente agradecida por aquel día, en sus años de estudiante universitaria, en el cual su conocimiento de palabras de la Biblia se convirtió en una relación con la Palabra viva. Desde entonces, ha disfrutado esa relación y ha servido en el ministerio por más de 30 años. Actualmente sirve a Dios a través de una gran variedad de responsabilidades, las cuales incluyen las siguientes: propietaria de empresa, directora espiritual y capellán escolar. Ha estado casada con Dean Vásquez por 30 años. Cuando no está trabajando, sale a dar caminatas en las Sierras, hacer surf de remo, o leer un libro en la playa. Tiene un grado universitario en sociología, una maestría en educación y un certificado en dirección espiritual.

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