Tres maneras de honrar a Martin Luther King Jr. y continuar la lucha no violenta por la justicia

"No me siento cómodo ignorando este día, pero no sé cómo honrarlo y recordar bien a Martin Luther King Jr.".

Esto es algo que he oído decir a muchos de mis amigos y colegas blancos, en relación con la festividad de Martin Luther King Jr. Y, curiosamente, estoy de acuerdo. Yo también me pregunto cómo podemos reflexionar mejor sobre la obra y el legado del Dr. King. Más allá de las enjundiosas citas de Instagram, la mayoría de las veces sacadas de contexto, es difícil recordar la visión central del Dr. King, y también es extremadamente difícil saber lo que significa ser solidarios y trabajar unos con otros en la búsqueda de la justicia.

No soy un gran fan de las reglas, pero creo que crear un marco para comprender la obra del Dr. King, así como la de aquellos que siguen luchando por la libertad y la reconciliación, me permite participar mejor en estas fiestas y en los días siguientes. Es importante mencionar que no hablo en nombre de todos los negros, pero creo que hay tres principios a los que me atengo cuando aprendo a recordar el legado del Dr. King con valentía y esperanza, independientemente de la época del año.

1. Resiste el impulso de reducir a Martin Luther King Jr. y a otros líderes de los derechos civiles a fichas o insignias. 

Para muchas personas, el Día de Martin Luther King Jr. es una oportunidad para reflexionar sobre el estado de la unidad racial y la reconciliación en la actualidad. La mayoría de nosotros puede reconocer fácilmente que el liderazgo y el ministerio de justicia del Dr. King cambiaron el curso de la historia para muchas personas en Norteamérica. Con valor profético, compartió con los cristianos blancos una visión bíblica de la igualdad, la justicia y la dignidad humana. Su feroz defensa de estas convicciones -y la persecución de su famoso sueño- le costaron la vida.

Es curioso, pues, que a menudo no reconozcamos al Dr. King como un ser humano complejo. Su vida estuvo llena de peligros, desilusiones y decepciones. Su cuerpo, su mente y su alma se vieron afectados. Si queremos ver realmente el legado del Dr. King, debemos trabajar para recordarle como un ser humano completo, no sólo por sus diez mejores citas. Al hacerlo, podremos dar mejor testimonio de su extraordinaria vida.

2. Conocer la vibrante filosofía del Movimiento por los Derechos Civiles y la visión del Dr. King para nosotros hoy.

La filosofía del Movimiento por los Derechos Civiles de las décadas de 1950 y 1960 consistía en utilizar medios legales y no violentos para conseguir la plena ciudadanía y la igualdad de derechos de los negros, lo que incluía derribar las barreras sociales y políticas. Esta filosofía se aplica también al movimiento actual en favor de los derechos civiles de todas las personas. Se sigue trabajando por la justicia y la reconciliación. Seguimos pasando de una lucha por la decencia a una lucha por el florecimiento humano. Esto significa que nuestro activismo y nuestra imaginación deben arraigarse en la acción coherente y en la construcción real de movimientos de base y de la liberación encarnada para todos.

Para mí, honrar el trabajo de nuestros líderes de los derechos civiles y, al mismo tiempo, mantenernos fieles a la realidad de hoy en día es lo siguiente: 

1. Aprender dónde hemos estado. Estudie las lecciones que la historia sigue enseñándonos. 
2. Lamentar lo lejos que nos queda por llegar. Las Escrituras tienen un lenguaje para ello. Lucha con el ya-pero-no-todavía lugar en el que estamos. Esta caja de herramientas de lamentos puede ayudarte a hacerlo bien.
3. Celebremos los pasos que hemos dado hacia la libertad colectiva de todas las personas. 
4. Participa en una labor de justicia transformadora. Mueve tu cuerpo; arriesga tu vida por los oprimidos. Esto puede ser tan sencillo como votar a personas que realmente persiguen la justicia.

3. Reconocer que nuestra lucha por la reconciliación está profundamente arraigada en las Escrituras y, por lo tanto, debe entenderse a través de los relatos de nuestras vidas.

Aunque el Movimiento por los Derechos Civiles de la época del Dr. King tenía una estrategia política, sabemos que en el fondo era también un movimiento eclesial. King era pastor, y el Movimiento por los Derechos Civiles se asentó sobre los cimientos del clero y el laicado cristianos. Mientras la gente marchaba por los derechos y la libertad, rezaba y cantaba, y su mensaje seguía siendo bíblico. Tomaron la clara decisión de luchar pacíficamente por la libertad de los que Cristo amaba. Amar a Cristo significa amar a todos los que Él ama.

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Independientemente de nuestra procedencia, la vida y el legado del Dr. King nos brindan la oportunidad de seguir interrogándonos sobre nuestro propio pasado y nuestro futuro mientras intentamos participar en una vida de justicia y reconciliación bíblica. Es precisamente en estas realidades en las que trabajamos para hacer presente la realeza de Dios en nuestra vida cotidiana.

No hay una manera única de recordar el legado del Dr. King, pero debemos insistir en la realidad de que el trabajo es comunitario, una transformación intencionada durante un periodo de tiempo prolongado. ¿Qué haremos para seguir encarnando la justicia en nuestra vida cotidiana? ¿Qué haremos para abordar y cambiar las narrativas, los sistemas, las estructuras y las políticas que limitan la equidad? ¿Qué coste estamos dispuestos a pagar para que todos los hijos de Dios puedan prosperar? No tengo una respuesta directa a todas estas preguntas, pero espero que nuestras acciones, como las del Dr. King, estén arraigadas en el amor bíblico, la esperanza valiente y la imaginación liberadora para todas las personas.