La revitalización de nuestra granja consiste en aceptar la hermosa complejidad

R evitalización no es una palabra que se asocie automáticamente con la agricultura, pero ha estado en el centro del ministerio de la Granja Nueva Cosecha. Aunque entiendo que todavía estamos en las primeras fases de la revitalización y que cada situación es diferente, hay algunas lecciones que ya hemos aprendido y que podemos compartir.

Vídeo: Chad Vanden Bosch presenta la agroforestería sintrópica y los efectos que ha tenido en la Granja Nueva Cosecha. ¡Pasea por el campo con Chad!

La primera lección es que la revitalización requiere paciencia. La Granja Nueva Cosecha se puso en marcha en 2018 como parte de un ministerio holístico más amplio en la zona rural central de Mozambique. El propósito de la granja era abordar la necesidad física muy real de seguridad alimentaria en una región donde más del 50% de la población vive con desnutrición crónica. Uno de los principales factores que afectan a la seguridad alimentaria en la región es la extrema degradación del suelo. Las técnicas agrícolas de tala y quema, junto con la erosión incontrolada y la falta de rotación de cultivos, han dado lugar a unos rendimientos escandalosamente bajos.

Sabíamos que si realmente queríamos tener un impacto positivo en la seguridad alimentaria íbamos a tener que acompañar a nuestros vecinos en el proceso de revitalización de sus granjas. Todo eso sonaba muy bien, pero, sinceramente, no teníamos ni idea de cómo sería en realidad. Para nosotros, el proceso de revitalización requirió paciencia mientras luchábamos por encontrar un mecanismo accesible y culturalmente relevante. Pasamos años buscando soluciones sencillas a problemas complejos con escasos resultados. Empezamos a ver avances sólo cuando reconocimos la complejidad del problema y que el Señor nos estaba guiando hacia una solución "hermosamente compleja".

Campo listo para la siembra.

La segunda enseñanza es la siguiente: cuando se persigue la revitalización, es mejor prepararse porque cuando echa raíces, se va a extender. Cuando por fin empezamos a ver los primeros signos de revitalización en nuestros campos, fue como un bálsamo sagrado. Los primeros cuatro años de ministerio en la granja habían sido un reto y todos en el equipo lo sintieron. Dos ciclones, varias sequías, robos y el asesinato sin sentido del jefe de nuestra granja nos dejaron tambaleándonos. No podíamos evitar reconocer las manos del diablo en todo esto. Había muchas preguntas que hacerse, como si este empeño merecía realmente la pena. Cuando la revitalización empezó a echar raíces en nuestros campos, rápidamente se extendió también a nuestros corazones. Era tal la alegría que sentíamos al ver los resultados que sólo podíamos señalárselo al Señor. No podíamos evitar dejarnos llevar. Queríamos ver estos cambios en más áreas de la granja, la comunidad y nuestras propias vidas.

Los trabajadores empiezan a plantar hileras de cultivos: una mezcla concentrada de árboles con cultivos perennes y anuales para crear un ecosistema funcional.

La tercera lección es que la revitalización puede parecer un poco desordenada. Tras años de buscar soluciones sencillas, elegantes y limpias para revitalizar nuestros campos, el Señor nos condujo a algo totalmente opuesto. Comenzó con el reconocimiento de que la creación de Dios, la obra maestra de Dios, es infinitamente compleja. Una vez que empezamos a ver nuestros campos y nuestra granja como un ecosistema mayor, sólo entonces las cosas empezaron a tener un poco más de sentido. Esto nos llevó a un sistema llamado "agroforestería sintrópica". Sintrópico no es una palabra que la mayoría de nosotros usemos a diario, pero puede definirse como "una construcción continua de complejidad". En realidad, este sistema se basa en varios procesos naturales, como la sucesión, la acumulación de nutrientes y la estratificación de las plantas. Son palabras mayores para decir básicamente que el proceso imita lo que hace la naturaleza para iniciar la revitalización cuando se produce una perturbación en un ecosistema.

En la práctica, se trata de plantar una mezcla concentrada de árboles junto con cultivos perennes y anuales, lo que favorece el funcionamiento del ecosistema. En nuestro caso, las hileras de árboles diversos se plantan a una distancia de entre 3 y 6 metros (dependiendo de la finalidad del sistema) y las zonas intermedias se plantan con cultivos que proporcionan alimentos, forraje o fibra. Los árboles en sí están plantados a una distancia de 30 cm o menos, incluyendo árboles madereros, cítricos, frutales y productores de biomasa. Sé que esto parece bastante contra-intuitivo y créanme, yo era probablemente el más escéptico de que esto iba a traer algún tipo de revitalización a la granja.

Empezamos poniendo una parcela de prueba en nuestro campo con peor rendimiento. El año anterior lo habíamos cultivado con maíz y no había ni un solo tallo de más de un metro de altura. Pasamos una semana plantando 150 árboles, además de maíz, judías, boniatos, tomates, yuca, piña, raíz de taro e incluso café. Sinceramente, no esperaba mucho de este campo, así que comprenderán mi sorpresa cuando, menos de cinco meses después, cosechamos nuestra mejor producción de maíz, judías y tomates. No sólo eso, teníamos árboles maderables de casi 3 metros de altura, y casi la totalidad de los 150 árboles sanos y creciendo bien. Nunca entenderemos del todo los procesos que permiten que un campo que no podía producir ni una sola cosecha soporte aparentemente una multitud de capas de producción. Todo lo que podemos decir es que la creación de Dios es asombrosa.  

Cuando entre hoy en la Granja de la Nueva Cosecha, lo primero que notará probablemente es que nuestros campos parecen desordenados. Hay docenas de tipos de árboles mezclados con frutas, verduras, cereales y hierbas. Lo que he llegado a reconocer es que lo que puede ser fácil de confundir como un desorden es en realidad una hermosa complejidad. En la Granja de la Nueva Cosecha, este "desorden" es el aspecto que tiene la revitalización.

Un hermoso y complejo campo revitalizado, lleno de cultivos.

Fotografía y vídeo: Chad Vanden Bosch